Entonces me lancé, ¡Qué tanto!
Mientras no sea ilegal, la plata es buena de donde venga, obvio te vienen las paranoias, ¿Y si alguien que me conoce, me cacha? …Nunca más podré trabajar profesionalmente, me voy a funar… La mente que se manda sola y tiene pánico al cambio, te tira pa’trás todo el rato, pero ahí, yo estoica sigo adelante con el plan, quiero cuadrarme, ver los riesgos y minimizarlos; entonces decido buscarme un nombre de fantasía, uno bueno, no el típico que emula la clase social alta de este país tan clasista, nada como María Ignacia Larraín o María Gracia Larraechea, porque precisamente esos nombres tan poco originales denotan un origen aspiracionista y medio flaite, por otro lado los nicks calentones te quitan sutileza y te hacen aparecer demasiado vulgar, así las Cachorritas Calentonas, las Déboras y las Scarletts, también fueron eliminadas de mi imaginario creativo.
En ese preciso instante, apareció otro de mis sabios amigos a quien recurrí por consejo y me instruyó diciéndome: “Para nosotros los hombres el desafío es importante, porque somos cazadores y nos calienta más la minita piola, más inocente, más santita, en síntesis la mujer común y corriente que parece muy correcta y normal, la que te pillas en la oficina, en el supermercado, en la calle, en cualquier parte y tu imaginas que debe ser la más caliente en la cama, pero no se les nota, esas minas se llaman como cualquiera, entonces tu nombre debe ser así común pero pero difícil de olvidar…”
Recuerdo que estaba en mi compu, sentada mirando la pantalla y con el teléfono en altavoz, surgieron las Claudias, las Camilas y las Alejandras en mi cabeza, nombres comunes que íbamos discutiendo y desmenuzando con mi amigo el sabio; y en ese afán estábamos un poco divertidos y sucios -porque no decirlo- cuando de la nada él se pone a hablar de Travis Pastrana, un piloto de automovilismo y motociclismo gringo famosísimo y de alto riesgo que había ganado una cachada de medallas en diferentes competencias, el tipo no le temía a nada, había sufrido múltiples accidentes y volvía a resurgir, y volvía a ser campeón cada vez más fuerte, más seco y más bacán. Entonces lo amé y precisamente quise sentirme identificada, y así lo hice me identifiqué e imaginé todo lo que debió pasar Travis tantas veces, pero no se rendía una y otra vez resurgía desde las cenizas, todos debíamos ser como Travis, yo era Travis…
Ahí estaba yo queriendo cambiar mi vida y convencida de que tenía que sentir a Travis como un Gurú, riesgo total, tenía que tener algo de ese grande…. entonces después de distintas conjunciones aparece ella la que me iba a salvar, La más perra y sexy de todas, pero fina y elegante a la vez… cha cha chachaaaaan…. Señoras y señores les presento a Ana Luisa Pastrana, la nueva creadora de Arsmate Chile.
Comenzaba la aventura, ya estaba lanzada, nacía una estrella…
Salto al Vacío